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BRUJAS: LA VENECIA DEL NORTE
A 90 km de la capital de Bélgica se encuentra Brujas, con un casco histórico declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en el año 2000. A pesar de haber sufrido algunas reconstrucciones, aún hay intactos muchos edificios medievales , así como varios canales perfectamente conservados que atraviesan la ciudad.
DE PASEO
El punto de partida para empezar cualquier recorrido en Brujas es Grote Markt (Plaza Mayor o Plaza del mercado), una plaza medieval con edificios neogóticos de arquitectura flamenca, colores llamativos y frontones triangulares. Está presidida por la torre del Campanario, Belfort, a la que tienes que subir para obtener las mejores vistas de la ciudad (¡si no te asustan los 366 escalones!) y poder fotografiar las casas de los gremios antiguos en unos de los laterales de la plaza o el gentío en los días de mercado. Después, sigue por la plaza anexa, la de Burg, que junto con la anterior forma el corazón de la ciudad. En esta parte de la ciudad de Brujas es donde la oferta de hoteles es más amplia, y aunque no todos resultan baratos por tratarse de una zona céntrica, la relación calidad-precio es bastante buena.
Avanza ahora por la plaza del ayuntamiento, la basílica de la Sagrada Sangre y el Palacio de Justicia, pero no te preocupes, que todos estos puntos de interés están muy próximos entre sí. Y es que Brujas no es muy grande, por lo que contemplar sus edificios y monumentos no resulta nada pesado. Además, es posible que con el aroma de los locales y restaurantes de la zona se te abra el apetito, así que aprovecha para probar los típicos mejillones al vapor o en cualquiera de sus variantes. En las inmediaciones, en la calle Hallestraat, encontrarás el Hotel Koffieboontje, tal vez el más barato de la ciudad.
Para hacer la digestión, un minicrucero estará bien, ya que podrás ver la ciudad desde otro ángulo: desde los propios canales, con bellos jardines y rincones que solo se pueden apreciar recorriéndolos en barco. Son cinco los embarcaderos donde se pueden realizar estas expediciones (el antiguo hospital San Juan, Bruggemuseum, Gruuthuse, Wollestraat y Huidevettersplein), y los precios son bastante baratos. A lo largo del trayecto pasarás por el canal Augustijnenrei, donde destacan los puentes de Augustijnen y Spaanse Loskaai; el canal Dijver, con importantes edificios, como los Museos Groeninge y Gruuthuse; el canal Groenerei, donde verás los puentes de piedra más antiguos de la ciudad, y, por último, el canal Rozenhoedkaai, en el que contemplarás los edificios del Burg y de Huidenvettersplein.
De nuevo en tierra, ve hacia la catedral de San Salvador. Es cierto que está algo retirada del casco histórico, pero son solo 15 minutos andando, a no ser que te alojes en un hotel como el Salvators, situado a apenas unos metros. Del exterior de la catedral destaca la torre cuadrada del campanario con cuatro torretas a los lados. Además de ser la iglesia más antigua de Brujas, perfila junto con el Belfort y la torre de la Iglesia de Nuestra Señora la silueta de la ciudad. La iglesia de Nuestra Señora , en la calle Mariastraat, es una gran iglesia medieval que data del siglo XIII: cuenta con la torre más alta de la ciudad y es la segunda edificación de ladrillo más alta del mundo. En su interior puedes visitar la escultura de la Madonna de Brujas, de mármol blanco y realizada por el artista italiano Miguel Ángel. Además, detrás del altar mayor yacen las tumbas de Carlos El Temerario, último duque de Borgoña, y de su hija, la duquesa María de Borgoña.
ZONAS VERDES
Ya en el siglo XVIII la fortaleza que rodeaba la ciudad de Brujas fue transformada en una zona verde con hermosas y tranquilas sendas destinadas a proporcionar momentos de paz y relax a sus habitantes, aunque en verano se convierten en el escenario de festivales y actividades culturales. En el Minnewaterpark o Parque del Lago del Amor, durante el primer fin de semana de julio se celebra el Festival del Cactus, con conciertos de artistas nacionales e internacionales (muy cerca tienes hoteles como el Hotel Egmond, que destaca por su exquisita decoración y excelente ubicación). Por su parte, el Parque de la Reina Astrid ofrece senderos serpenteantes con numerosas especies de árboles que otorgan color al diseño paisajístico, mientras que el parque del Barón Ruzette o Baron Ruzettepark es el lugar ideal para hacer ese picnic que tanto se agradece tras un día de largas caminatas y paseos. El Parque del Rey Alberto o Koning Albert Park es un gran espacio verde que conecta la estación de tren con el centro de la ciudad, y a él se suman los parques de Graaf Visart y el Stadspark Sebrechts, dos jardines que completan el conjunto de espacios verdes de Brujas.
DEL MAR Y LA TIERRA
Son famosas las deliciosas patatas fritas de Brujas, que se fríen en dos veces, una para sellar la patata y dejar el interior blandito y otra para dorarla. Aunque la cerveza también te resultará conocida, seguro que no has probado los más de 500 tipos que existen aquí , como Stella Artois, Leffe, Chimay o Duvel.
Si en tu plato lo que no puede faltar es la carne, podrás elegir entre carne de buey, paloma, conejo y cerdo, que suelen ir acompañados de verduras o salsas (lo habitual es que se sirva tan solo un plato por persona, ya que las porciones son bastante generosas ). Un plato tradicional es el Presskopf, una terrina de cabeza de cerdo servida con pan y mostaza y acompañada de ensalada de col.
Sin embargo, tu viaje a Brujas no resultará perfecto si no te quedas con un dulce sabor de boca, pero eso tiene fácil solución: en la calle Wijnzakstraat tienes el Museo del Chocolate o Choco-Story , donde tras pagar la entrada conocerás la historia que da fama al excelente chocolate belga y hasta podrás saborear muestras gratuitas que te ofrecerán durante la visita. Aunque nada puede igualar el sabor de un magnífico gofre belga o Wafle cubierto de una generosa capa de chocolate.