BADAJOZ: LA CIUDAD INEXPUGNABLE
La ciudad de Badajoz se encuentra al oeste de Extremadura, prácticamente en la frontera con Portugal. Tuvo una gran importancia en tiempos pasados, especialmente durante la época de la dominación almohade de la zona en la Edad Media, cuando vivió su periodo de mayor esplendor artístico y cultural. Sin embargo, no solo conserva vestigios de esta época, ya que por ejemplo también se mantiene su muralla abaluartada del siglo XVII, convertida hoy en uno de los principales emblemas de la ciudad. Piérdete por las calles de Badajoz, salpicadas por doquier de influencias mudéjares y renacentistas, y disfruta de su fantástico ambiente y su gastronomía.
LAS HUELLAS DEL PASO DEL TIEMPO
El lugar más destacado de Badajoz y su buque insignia es la fortaleza almohade que preside la ciudad desde la Edad Media: la alcazaba. Se trata de una fortificación levantada durante el periodo de dominación árabe de la zona en el siglo XI que da muestra del importante desarrollo del arte y la cultura que se produjo en esa época. Fue reconocida como Monumento Histórico Artístico el siglo pasado, y aparte de sus innumerables estancias y espacios que descubrir, desde sus partes más altas disfrutarás de las mejores vistas de la ciudad y el río Guadiana. En el interior de la fortaleza te parecerá haber viajado al pasado mientras recorres los jardines de la Galera , presididos por la famosa torre de Espantaperros , considerada como la antecesora de la sevillana torre del Oro. Otras torres destacadas de la alcazaba son la torre de Santa María y la torre de los Ahorcados , en la que podrás contemplar la representación de Ibn Marwan, fundador de Badajoz. Prácticamente en el centro del espacio interior se alza el palacio de los Condes de la Roca , construido en estilo mudéjar en el siglo XV y convertido hoy en la sede del Museo Arqueológico , que reúne distintas muestras del paso del tiempo por la ciudad desde la prehistoria. En las proximidades de la alcazaba existen varios hoteles que suelen lanzar excelentes ofertas, como el hotel San Marcos, un alojamiento barato y que destaca por sus bien equipadas habitaciones.
En el casco antiguo de Badajoz también tendrás un amplio abanico de hoteles para elegir y vivir tu estancia en pleno corazón de la ciudad. Lo más destacado del centro y otra de las imágenes más habituales de Badajoz es la muralla abaluartada del siglo XVII, una de las más sólidas de todo el continente. El nombre se lo dan los distintos baluartes, como el baluarte de la Trinidad o el baluarte de San Vicente , que pueden contemplarse recorriendo la muralla por los antiguos fosos ocupados hoy en día por jardines. En determinados lugares de la muralla todavía se conservan flechas y restos de los estragos causados por los bombardeos de la guerra de independencia de principios del siglo XIX. También se mantienen en pie algunas antiguas puertas de entrada y salida de Badajoz orientadas hacia distintos puntos de la península, entre las que cabe resaltar la puerta de Palmas , la más elegante, y la puerta de Mérida , la más señorial. En los alrededores de la muralla hay un buen surtido de hoteles, algunos de ellos bastante baratos, como el hotel Zurbarán, un cuatro estrellas que cuenta con piscina exterior.
DE PASEO POR EL CENTRO
Las opciones para disfrutar del ocio y el tiempo libre en las calles del centro son innumerables. Si te gusta descubrir los entresijos de los lugares que visitas y hasta la última de sus curiosidades, en los distintos museos de Badajoz tendrás la oportunidad de hacerlo. El Museo de la Ciudad te enseñará las principales características del folclore y las tradiciones de la zona, mientras que el Museo de Bellas Artes es un buen lugar para apreciar obras artísticas que van desde el Renacimiento hasta nuestros días, entre las que destacan sobre todo algunas de Zurbarán. En cuanto a las construcciones religiosas de Badajoz, es imprescindible la visita de la catedral de San Juan , cuyo exterior se edificó a modo de fortificación debido a los frecuentes enfrentamientos que tenían lugar en la ciudad en el momento de su construcción en la Edad Media. En el interior del templo las principales obras de arte son la rejería y el retablo, ambos barrocos. Sin embargo, el convento de las Adoratrices es la edificación más famosa de Badajoz al margen de la alcazaba. De estilo neogótico, el convento fue levantado a principios del siglo pasado y mantiene en su interior la primitiva ermita de San José que daba nombre al convento anterior.
Y para despedirte de esta capital extremeña qué mejor idea que la de disfrutar del movimiento de las principales plazas y el ambiente de los bares del centro. La plaza de España , cuyos orígenes también se remontan al periodo medieval, es el lugar de encuentro más habitual. Pero es la plaza de la Soledad el sitio más recomendable para acercarse a tomar algo o a cenar, por ejemplo en el conocido Café Dada. Además, esta plaza cuenta con interesantes monumentos, como la hermosa ermita de la Virgen de la Soledad o el renacentista palacio de los Marqueses de la Lapilla , donde estuvo alojado el propio rey Felipe II. Estos son algunos de los innumerables ejemplos de lugares que explorar durante los paseos por la ciudad, que fácilmente podrás realizar si te alojas en alguno de los hoteles de la zona central de Badajoz. Una buena opción es el hotel De las Heras, un establecimiento sencillo, acogedor y con muy buenos precios.