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BRUSELAS: UNA CAPITAL PARA COMÉRSELA
Bruselas, la capital de Bélgica, es una ciudad perfecta para una escapada de fin de semana y un buen punto de partida para conocer el resto del país. Además de contemplar la encantadora arquitectura del casco antiguo, que se resume en la majestuosa Grand Place, la mejor manera de adentrarse en Bruselas es a través del paladar, ya que Bélgica es la cuna del gofre, el praliné, las patatas fritas y cientos de cervezas de renombre internacional. Y si te gustan los cómics, debes saber que aquí también nacieron algunos de los más famosos de todos los tiempos. ¡Vente a descubrirla!
DESCUBRIENDO EL CENTRO DE BRUSELAS
El punto más destacado del casco antiguo es, sin lugar a dudas, la Grand Place: una enorme plaza rectangular que acoge el imponente edificio medieval del ayuntamiento , con su torre de 96 metros; la antigua Casa del Rey y actual Museo de la Ciudad de Bruselas, y las casas de los principales gremios de la ciudad , entre las que destaca la del gremio de los cerveceros. La plaza está considerada como una de las más bellas del mundo, y es digna de admirar tanto de día como de noche, cuando la elegante iluminación resalta los detalles de las fachadas. Y si tu visita es durante el mes de agosto de un año par, tendrás la suerte de ver el manto de flores de 25 x 75 metros que se instala en el centro. Suena genial, ¿no? Pues aún puede ser más espectacular si te alojas en uno de los mejores hoteles del centro: el hotel de lujo Rocco Forte Amigo, situado a unos pasos de la Grand Place y con una exquisita decoración y unas instalaciones que harán que tu estancia sea muy especial.
Después de tomar unas cuantas fotos de la plaza, es hora de darse un paseo por las calles de alrededor. Si sales de la Grand Place por la Rue au Beurre, llegarás a la plaza de la Bolsa, una zona muy animada para salir por la noche. En cambio, si tomas la Rue Charles Buls, en un lateral del ayuntamiento, te encontrarás con el famoso niño que orina, el Manneken Pis, una estatua de 61 centímetros cuyo origen es incierto (aunque se cuentan varias leyendas, como que se hizo en honor a un niño que salvó la ciudad al orinar sobre la mecha encendida de una bomba y apagarla ). Sea como fuere, la estatua resulta cuanto menos curiosa, en especial cuando le colocan alguno de los cientos de trajecitos que se guardan en el Museo de la Ciudad. En dirección opuesta al Manneken Pis, por la Rue de la Colline, están las Galerías Reales de Saint Hubert: una sucesión de tres galerías comerciales acristaladas que se cuentan entre las más antiguas de Europa. La Rue des Bouchers, llena de restaurantes turísticos con precios bastante bajos, divide las galerías en dos secciones, y muy cerca de aquí se encuentra la catedral de Bruselas, de estilo gótico. Por un lateral de la catedral se llega al Parc de Bruxelles, con el antiguo palacio real en un extremo y la Place Royale, uno de los mejores miradores para obtener una vista panorámica de los tejados del centro histórico. Además, en esta zona te puedes alojar en un hotel barato como el apartotel Adagio Access Brussels: cómodo, elegante y al lado del palacio real. Sin embargo, los hoteles más baratos y modernos están un poco más allá del palacio, en el barrio europeo.
Si desde la Place Royale continuas por la Rue de la Régence, enseguida estarás en el elegante barrio de Sablon, famoso por las tiendas de anticuarios y el mercadillo que se instala los domingos por la mañana junto a la bonita iglesia de Notre-Dame du Sablon. El edificio que verás al final de la avenida, con una llamativa cúpula dorada, es el palacio de justicia, cuya plaza constituye otro de los miradores más destacados. En un lateral hay un ascensor que te permitirá bajar directamente a la Rue de l’Epée e ir hasta la Place du Jeu de Balle, donde también los domingos se instala otro mercado de antigüedades.
BRUSELAS POR EL PALADAR
No puedes irte de Bruselas sin probar sus especialidades: los mejillones, las patatas fritas, los gofres, el chocolate y la cerveza. Hay puestos y tiendas de gofres por toda la ciudad, pero junto al Manneken Pis, además de turistas, encontrarás los gofres más baratos. En cuanto a las patatas fritas, también tienes puestos y tiendas por todas partes, aunque una de las más populares es Fritland, en un lateral de la Bolsa de Bruselas. ¿Pero por qué son tan famosas las patatas fritas belgas? Porque están buenísimas: se fríen dos veces para que estén tiernas por dentro y crujientes por fuera , y se sirven en cartuchos de papel coronadas con la salsa que elijas.
El chocolate es otro de los símbolos de Bruselas. Desde que Jean Neuhaus creó el praliné en 1912, los chocolateros belgas han ido adquiriendo fama en todo el mundo, y la calidad del producto es una de las claves, pues a diferencia de otros lugares, en Bélgica se sigue usando la receta tradicional sin ningún tipo de añadido de grasa vegetal. ¡100% manteca de cacao! Neuhaus, Marcolini o Godiva son algunas de la chocolaterías más exclusivas, y en otras como Planète Chocolat se hacen demostraciones de fabricación de bombones. Seguro que no te resistes a darte el lujo de comprobar por qué el chocolate belga es uno de los mejores del mundo…
Para la hora de cenar una buena opción es ir a la zona de la Rue des Bouchers y probar los típicos moules-frites, una cacerola de mejillones al vapor servida con una guarnición de patatas fritas , en un restaurante tradicional como Chez Léon. Y después de la cena, nada como una cerveza belga bien fresquita. Dos de las cervecerías más famosas y concurridas, en especial los fines de semana, son Delirium, que ostenta el récord Guinness en variedad de cervezas , y À la Mort Subite, más elegante e igualmente recomendable.
BRUSELAS DE CÓMIC
El cómic tiene una gran tradición en Bélgica, y algunas de las historias gráficas más famosas de todos los tiempos fueron inventadas allí , como es el caso de las aventuras del reportero Tintín y su perro Milú. Esparcidas por toda la ciudad hay fachadas de edificios decoradas con escenas de cómics belgas , así que una forma de recorrer el centro de Bruselas es organizando una ruta que pase por todas ellas. Si te gusta la idea, visita la página oficial de la oficina de turismo de Bruselas y apúntate dónde está cada una. Otra de las visitas imprescindibles es el Museo del Cómic, que cuenta con la mayor biblioteca de cómics del mundo.
Y MUCHO MÁS
Estas son solo algunas de las principales atracciones de Bruselas, ya que también puedes añadir a tu plan el Atomium, una estructura de 102 metros de altura que representa un cristal de hierro ampliado 165 mil millones de veces y cuenta con escaleras mecánicas y un ascensor en el interior para subir hasta la parte más alta. Cerca del Atomium también están el parque Mini-Europe y Bruparck, un recinto de ocio con un parque acuático y un megacomplejo de cines, la alternativa perfecta para pasar un día en familia con los más pequeños de la casa.
La vida nocturna también merece una mención especial. Alrededor de la Grand Place y la Bolsa hay un buen número de pubs abiertos hasta las tantas de la madrugada que se complementan con grandes discotecas, como Wood o Spirito, y locales de música jazz en directo, como The Music Village.
Bruselas tiene de todo y para todos, así que no lo dudes y prepara una escapada a la que se conoce como la capital de Europa.