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PALMA DE MALLORCA: LA ACOGEDORA CAPITAL BALEAR
En el suroeste de Mallorca se encuentra la atractiva ciudad de Palma, capital de la isla y del archipiélago. Ya desde el puerto se adivina la silueta de la majestuosa catedral , que, mirando al mar por encima de las antiguas murallas, parece dar la bienvenida a todos los que se acercan a conocer la ciudad. Calles y plazas llenas de encanto, paseos y bulevares repletos de tiendas y restaurantes, y un ambiente acogedor y puramente mediterráneo caracterizan a la elegante Palma de Mallorca. ¿Qué mejor lugar para empezar a hacer turismo por esta hermosa isla balear?
PASEANDO POR PALMA
El punto perfecto para iniciar un recorrido por Palma es el Parc de la Mar, que se extiende entre el Mediterráneo y las antiguas murallas, bajo las que se abre un enorme estanque que simula el mar que las bañaba antes de la construcción del paseo marítimo y la autovía. A pesar de ello, en el agua aún se refleja la majestuosa catedral situada sobre las murallas , que adquiere por la noche una belleza más íntima y romántica.
La catedral de Santa María, de estilo gótico levantino, fue levantada por orden de Jaime I sobre la mezquita de Medina Mayurca en cumplimiento de la promesa que hizo a la virgen de construirle un templo si le ayudaba a llegar sano y salvo tras la tempestad que estalló cuando navegaba rumbo a la isla para conquistarla. Del edificio destacan el rosetón del presbiterio, que es el mayor rosetón original de todas las catedrales europeas , y la elevada altura de la nave central, solo superada por la de la catedral de Beauvais. Justo enfrente de la fachada principal se encuentra el palacio de La Almudaina, usado por la familia real española como residencia oficial durante el verano. El palacio, de origen romano y conocido durante la época musulmana como Zuda, debe su configuración actual a Jaime II, que decidió reedificarlo en el siglo XIV siguiendo el estilo del palacio real de Perpiñán. Muy cerca tienes varios hoteles que, aunque no son los más baratos de la ciudad, te permitirán alojarte en una zona con gran encanto. Por ejemplo, puedes escoger un hotel de cinco estrellas como Palacio Ca Sa Galesa, ubicado en un antiguo palacio del siglo XVI con una espléndida terraza solárium y un completo spa con centro de bienestar que ofrece varios tratamientos de salud y belleza.
Tras la plaza de la catedral se extiende el casco antiguo, con sus callejuelas y plazas adornadas con edificios de distintas épocas y llenas de comercios, bares, restaurantes y terrazas que invitan a sentarse y empaparse de la cálida luz mediterránea que inunda cada rincón. Uno de los principales puntos neurálgicos es la plaza Mayor, construida en el siglo XIX tras la desaparición de la sede de la Inquisición. Desde la plaza nacen las calles más importantes del casco antiguo, como la de San Miguel, la de Colón o la calle Sindicato, ideales para pasear tranquilamente e ir descubriendo los tesoros de la capital. Además de los baños árabes, que te permitirán conocer el pasado musulmán de Palma, anota en tu recorrido edificios medievales como el del Consulado del Mar, una institución de origen mediterráneo cuyas funciones eran similares a las de los actuales tribunales mercantiles; la Lonja, considerada como una obra maestra del gótico mallorquín, o templos como el convento de San Francisco y la iglesia de Santa Eulalia, que fue el lugar de coronación de Jaime II. Del Barroco resalta el edificio del ayuntamiento, en la plaza de Cort, mientras que del estilo modernista se conservan muestras como la sede del Parlamento o espléndido Gran Hotel, que fue el hotel más lujoso de España hasta la inauguración del Hotel Ritz en Madrid.
Fuera del centro hay dos lugares que no te deberías perder: el Pueblo Español y el castillo de Bellver. El primero se trata de un espacio al aire libre construido en la década de los 60 como representación de los pueblos más característicos de España, para lo que se reprodujeron a escala distintas calles, plazas y edificaciones de varios pueblos españoles. Curioso, ¿verdad? Por su parte, el castillo de Bellver se alza a 112 metros de altura sobre un monte situado a 3 kilómetros del centro. Construido en el siglo XIV por Jaime II con fines defensivos y residenciales, el castillo llama la atención por su planta circular (fue el primero de este tipo en Europa) y por las estupendas vistas que ofrece de la ciudad, el puerto y la sierra de Tramontana. A los pies del castillo, bordeando el puerto, encontrarás varios hoteles con una buena relación calidad-precio, como el hotel Meliá Palas Atenea, que incluye instalaciones como una piscina con vistas al mar, un gimnasio y un spa, y servicios como el todo incluido.
OTRA FORMA DE DESCUBRIR PALMA
No solo se puede descubrir Palma visitando sus monumentos, ya que ir de compras y salir a comer o cenar son otras opciones que te permitirán adentrarte en la ciudad mientras contemplas los escaparates o sientes el sabor de la isla en tu paladar.
Si te decantas por las compras, los mejor es que dividas la ciudad en cuatro grandes zonas:
Plaza Weyler y Jaime III: es la zona más selecta, y en ella encontrarás las principales marcas nacionales e internacionales, además de hermosos edificios modernistas como el ya mencionado Gran Hotel.
Plaza de España y Ramblas: es la zona comercial por excelencia, donde también se sitúa el mercado cubierto del Olivar, uno de los mejores lugares para comprar productos típicos de Mallorca.
Plaza de Corte y Puerta de San Antonio: en esta zona, cercana a algunos de los edificios más emblemáticos, aún podrás sentir el espíritu del comercio tradicional.
Plaza de Corte y plaza de la Reina: historia y comercios se dan la mano en esta parte de la ciudad repleta de tiendas de diseño, confiterías y pastelerías tradicionales, encantadoras terrazas y edificios históricos.
Desde el punto de vista gastronómico, las Islas Baleares son un paraíso para los amantes de la buena comida, y en Palma de Mallorca encontrarás tanto tiendas en las que comprar los productos típicos como restaurantes en los que degustar los platos tradicionales. Por supuesto tienes que probar la famosa sobrasada y las ensaimadas , pero tampoco dejes pasar otros manjares como las cocas, el frito, el pan con aceite, el arroz brut, las empanadas o el tumbet. Muchos dicen que las mejores ensaimadas son las de la chocolatería Can Joan de S’Aigo, en la calle Sans nº 10 , mientras que para la sobrasada se recomienda ir a un comercio especializado como Colmado Santo Domingo o Can Llompart. ¡Calidad garantizada! Y para disfrutar de una buena comida con recetas genuinamente mallorquinas y en un entorno exclusivo, elige un restaurante como Es Castell, ubicado en el Castillo Hotel Son Vida, con vistas a la bahía y la catedral de Palma. Aunque si prefieres algo más barato, también encontrarás restaurantes tradiciones y con una buena relación calidad-precio como Celler Sa Premsa, en pleno centro de la ciudad.
¿El broche perfecto para poner fin a una jornada visitando y recorriendo Palma? Tras la cena, aprovecha para dar un tranquilo paseo hasta el parque del Mar y relajarte en un entorno de excepción, con la catedral y las murallas iluminadas que esparcen su reflejo sobre el agua.