PRAGA: LA CIUDAD DE LAS CIEN TORRES
De todos los apelativos que recibe la capital de la República Checa, tal vez el de Ciudad de las Cien Torres, acuñado por el escritor Josef Hormayer en el siglo XIX, sea el más evidente para cualquiera que se asome a uno de los miradores y contemple el horizonte de esta ciudad salpicado de torres y campanarios. La belleza del casco antiguo, perfectamente conservado, es innegable; y si a eso sumamos la gran oferta cultural y de ocio y los precios relativamente bajos, Praga se convierte en el destino perfecto para pasar unos días en el corazón de Europa.
JOSEFOV, STARÉ MĔSTO Y NOVÉ MĔSTO
El río Moldova divide el casco antiguo en dos grandes zonas: en la orilla izquierda, Hradčany (el barrio del castillo) y Malá Strana (literalmente, la ciudad pequeña), y en la orilla derecha, Josefov (el barrio judío), Staré Město (la ciudad vieja) y Nové Město (la ciudad nueva).
Puedes empezar la ruta por Staré Město, ya que lo más probable es que hayas escogido un hotel en esta zona, que es la que ofrece una mayor variedad de alojamientos: desde hostales baratos y muy céntricos, como el Franz Kafka, hasta hoteles de cinco estrellas con increíbles ofertas, como el Metamorphis Excellent, ubicado en un edificio histórico en pleno centro con aparcamiento y spa.
En cuanto dejes las maletas, prepara la cámara de fotos y dirígete al corazón del barrio: la Plaza de la Ciudad Vieja. La primera vez que se llega a la plaza es difícil asimilar tal concentración de edificios de tan extraordinaria belleza, y la vista se pierde entre las torres y las fachadas de llamativos colores. Pero de entre todo el conjunto destacan dos construcciones: el ayuntamiento, con una torre gótica de 60 metros y el famoso reloj astronómico en una de sus fachadas (¡observa lo que ocurre cuando marca la hora en punto!), y la iglesia de Nuestra Señora de Týn, también de estilo gótico y con dos afiladas torres de más de 80 metros de altura. Disfrútalo, maravíllate y despídete de momento mientras continúas recorriendo la ciudad a través de las callejuelas que rodean la plaza, en las que descubrirás otras construcciones como la Torre de la Pólvora (una de las antiguas puertas de la ciudad) o el Clementinum.
Al norte de la ciudad vieja está Josefov, el barrio judío, que surgió al unificarse las dos comunidades judías que vivían en distintas zonas de la ciudad. Aún se conserva el edificio del ayuntamiento propio que hubo en Josefov, así como seis sinagogas, todas ellas accesibles al público. Pero la visita no está completa sin acercarse al antiguo cementerio, que durante más de 300 años fue el único sitio de toda Praga en el que se podía enterrar a los judíos. La imagen del cementerio, que ha permanecido intacto, es impactante: no se permitió ampliarlo todo lo necesario y hubo que enterrar unos cuerpos sobre otros, de modo que el resultado es un sobrecogedor bosque de miles y miles de lápidas apiñadas que nos hablan de un pasado oscuro.
Al este y sur de la ciudad vieja se encuentra la ciudad nueva, Nové Město, donde hay algunos de los lugares clave del pasado más reciente de la ciudad, como la Plaza de Wenceslao , en la que en noviembre de 1989 se inició la Revolución del Terciopelo, que supuso la caída del Comunismo. Hoy en día la plaza está rodeada de restaurantes y hoteles, como el elegante hotel boutique de cinco estrellas Jalta, muy cerca del Museo Nacional de Praga y bastante barato si se tiene en cuenta la ubicación y la calidad de los servicios y las instalaciones que ofrece. También en la ciudad nueva están la Ópera Estatal de Praga, el Teatro Nacional y edificios más modernos como la curiosa Casa Danzante, cuya retorcida fachada hace pensar que la casa esté a punto de ponerse en movimiento.
MALÁ STRANA Y HRADČANY
De los muchos puentes que atraviesan el Moldova, no hay ninguno tan especial como el Puente de Carlos: un puente de piedra totalmente peatonal, con más de 500 metros de largo y 10 de ancho, flanqueado por 30 estatuas. El puente es digno de ver a cualquier hora del día, pero es al atardecer y por la noche cuando muestra su lado más sugerente y romántico, con el castillo y la catedral iluminados en lo alto del barrio de Hradčany como telón de fondo.
Al otro lado del Puente de Carlos está el barrio de Malá Strana, uno de los más antiguos de la ciudad e ideal para perderse por sus calles, ya que apenas sufrió destrozos durante la guerra y la mayoría de los edificios han permanecido inalterados a pesar del paso de los siglos. Los mayores atractivos de Malá Strana son la iglesia de San Nicolás (una obra maestra del barroco), el jardín escalonado de Vrtba (también de estilo barroco) y el Monte Petřín, uno de los lugares preferidos por los habitantes de Praga para ir a pasar el día.
Y subiendo las empinadas calles que unen Malá Strana con Hradčany se llega, por fin, al majestuoso castillo de Praga: el origen de la fundación de la ciudad y el mayor castillo del mundo , aunque nada tiene que ver con una fortaleza medieval, sino que está formado por varios edificios conectados entre sí por callejuelas. La visita al recinto del castillo te puede llevar horas, pero hay dos lugares que son imprescindibles: el Callejón del Oro, famoso por las pequeñas casas de colores que fueron la sede del gremio de los orfebres y que hoy acogen tiendas de artesanía (y porque en el número 22 vivió el escritor Franz Kafka), y la inmensa catedral de San Vito, con dos torres gemelas de 80 metros y una torre central de casi 100 metros que la hacen sobresalir por encima del castillo como si se tratase de la guinda que corona el pastel.
TIEMPO PARA EL OCIO
La noche en Praga es animada, y se puede salir prácticamente cualquier día. La mejor forma de empezar es cenando en algún restaurante tradicional en el que sirva el famoso goulash de carne con albóndigas de pan acompañado de una buena cerveza checa (muchos sitios fabrican su propia cerveza, como es el caso de la conocida cervecería U Fleku). Después de la cena, puedes optar por ir a un espectáculo de teatro negro, una técnica de origen chino perfeccionada por los checos, o bien salir de fiesta. Si te decantas por la segunda alternativa, en Pragas estás de suerte: en la capital checa hay bastante fiesta, sobre todo de jueves a domingo, tanto en la zona del Puente de Carlos como en la Plaza de Wenceslao y en Staré Město. Hay muchos locales entre los que elegir, pero las dos mejores discotecas son Karlovy Lázne y Duplex, en las que podrás bailar y culminar tu día en Praga de la forma más alegre y divertida.