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FEZ: LA CAPITAL CULTURAL Y RELIGIOSA DE MARRUECOS
De las cuatro ciudades imperiales, Fez está considerada como el centro cultural y religioso del país , en gran medida gracias a su universidad. Es la tercera ciudad de Marruecos, después de Casablanca y Rabat, y si hay algo que no deja indiferente a quien la visita es la inmensa medina de la zona antigua, que está incluida en la lista de lugares Patrimonio de la Humanidad y es la mayor zona peatonal del mundo. Anímate a cruzar las murallas, perderte entre sus callejuelas llenas de magia y vivir tu propio cuento oriental.
FEZ EL-BALI
La ciudad está dividida en tres partes claramente diferenciadas: Fez el-Bali, la medina antigua; Fez el-Jadid, la medina nueva, y Ville Nouvelle, el barrio francés. Y como no podía ser de otra forma, el mejor punto para comenzar tu visita es en la maravillosa medina de Fez el-Bali, la mayor medina de Marruecos y del mundo. Además, está repleta de riads, es decir, casas tradicionales con patio interior convertidas en hostales y hoteles. Los hay para todos los bolsillos, desde el lujo y la elegancia de Riad Fes Relais & Chateaux, con spa y piscina, hasta la sencillez y el estilo acogedor de Dar Rabha.
La medina antigua se remonta al siglo VIII y está formada por un laberinto de más de 9000 callejones entre los que encontrarás mercados, zocos, plazas y algunos de los principales monumentos de la ciudad. A diferencia de otras ciudades, la medina antigua de Fez ha conservado las murallas originales, y uno de los accesos principales es a través de la puerta Bab Bou Jeloud, una monumental puerta construida en 1913 que se compone de un arco central y dos arcos laterales decorados con azulejos de color azul y coronados por almenas. Los alrededores de Bab Bou Jeloud siempre están abarrotados de gente, de día y de noche, y eso lo convierte en un lugar ideal para sentarse tranquilamente en la terraza de uno de los restaurantes o de las cafeterías cercanas y dedicarse a observar cómo transcurre la vida cotidiana.
Una vez dentro de la medina, sorprende el ambiente que allí se respira, como si esta parte de la ciudad se hubiera quedado anclada en la Edad Media. Muchas de las calles no tienen salida, y es fácil desorientarse y perderse, pero ahí radica gran parte del encanto: dejarse llevar por los sentidos, seguir los pasos de los locales e ir descubriendo poco a poco los tesoros que encierra. Con todo, una buena idea es contratar los servicios de un guía local o llevar un buen mapa encima.
Las dos calles principales de la medina (y que te pueden servir como referencia para orientarte) son Talaa Kabira y Talaa Saghira, así que procura seguirlas y volver a ellas cada vez que te adentres en los callejones laterales para curiosear. También deberías anotarte los siguientes lugares de interés para asegurarte de que no te pierdes lo más importante: Zoco de los curtidores : aún quedan cuatro curtidurías a la antigua usanza, y la de Chouwara es la mayor de todas. El olor es bastante desagradable, pero merece la pena acercarse a contemplar cómo se tratan y tiñen las pieles que después se convertirán en prendas de vestir y observar el curioso paisaje que componen las decenas de pozas llenas de tintes naturales y las piezas de piel secándose al sol.
Mercados : deambular sin rumbo fijo entre los distintos zocos separados por gremios que están esparcidos por la ciudad es una de las experiencias más auténticas que se pueden vivir en Fez.
Mausoleo de Mulay Idrís : el edificio, coronado por una llamativa cúpula verde y convertido en un santuario para albergar los restos del santo más importante del país y antiguo rey de Marruecos, está ricamente decorado por dentro y constituye el lugar más sagrado. Los no musulmanes tienen prohibida la entrada, pero puedes asomarte desde la puerta.
Plazas Seffarine y Nejjarine : en la primera se reúne el gremio de los caldereros, uno de los más antiguos de la ciudad, y en la segunda se encuentra el Museo de Arte y Artesanía de la Madera, ubicado en una fonda del siglo XVIII edificada para alojar a los comerciantes de artículos de lujo que iban hasta Fez.
Mezquita Al Karaouine : la mezquita, que data del siglo IX, es la más sagrada de Marruecos y la segunda en tamaño, aunque apenas se puede apreciar porque está oculta entre la maraña de casas de la medina. También es la sede de la famosa universidad de Fez, considerada como la más antigua del mundo. Los no musulmanes solo pueden echar un vistazo desde la puerta exterior de la mezquita.
Madrasas : de todas las madrasas o escuelas coránicas que están abiertas al turismo en Fez, la más recomendable es la de Attarine, que destaca por la bella decoración del interior. Otra de las que puedes incluir en tu ruta es la de Bou Inania.
FEZ EL-JADID
La medina nueva, que data del siglo XIII, fue la sede del poder real, y en ella destacan principalmente dos lugares: el palacio real y el barrio judío o Mellah.
El elegante palacio real se construyó en el siglo XIV y hubo que situarlo fuera de la medina antigua porque sus proporciones superaban el espacio disponible. No se puede visitar el interior, así que tendrás que conformarte con ver desde la calle las siete enormes puertas de reluciente bronce que simbolizan los siete niveles de la monarquía y los siete días de la semana. Lo que sí puedes visitar muy cerca del palacio es el barrio judío, cuyas fachadas difieren bastante de las de las casas musulmanas : los últimos suelen colocar las ventanas en torno a un patio interior, pero en las casas judías verás que hay grandes y ornamentados balcones que dan al exterior. El barrio ya ha perdido el esplendor de antaño, pero sigue siendo interesante darse una vuelta por sus calles e intentar hacerse una idea de cómo debió de ser esta zona cuando los ricos comerciantes judíos tenían aquí su residencia.
VILLE NOUVELLE
Este sector de la ciudad, construido durante el protectorado francés en el siglo XX, es en la actualidad uno de los barrios más exclusivos. Está atravesado por la avenida Hassan II, un paseo ajardinado y lleno de bares, cafeterías y restaurantes de comida internacional que suele ser el lugar elegido para tomar un café o un té en alguna de las terrazas. En Ville Nouvelle lo normal es encontrar hoteles de precio medio como Riad Ibn Khaldoun, aunque también hay otros más exclusivos como el hotel de cinco estrellas Sahrai, que se sitúa sobre una colina con vistas a la ciudad antigua y combina perfectamente los estilos marroquí y contemporáneo tanto en las habitaciones como en las zonas comunes.
GASTRONOMÍA MARROQUÍ
Si nunca has estado en Marruecos o ya has estado y te encantan sus platos tradicionales, estás de suerte porque se dice que la cocina de Fez es una de las mejores del país. Para hacerte una idea de los sabores que caracterizan a los platos marroquís, no olvides probar el tajín (un delicioso estofado de carne), el cuscús (granos de sémola acompañados de verduras y carne) y la pastilla (un pastel de masa filo relleno de carne, cebolla y almendras con canela, azúcar y agua de azahar). Donde más restaurantes tradicionales encontrarás es en la medina antigua, en Fez el-Bali, y alrededor de la puerta Bab Bou Jeloud. Tan solo abre tu mente a nuevos sabores y experimenta Fez a través del paladar.