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MURCIA: LA CAPITAL DEL SEGURA
Enclavada a orillas del Segura y rodeada por una fértil huerta y el parque regional de El Valle, la capital de la Región de Murcia es una agradable ciudad del Levante español que merece la pena ser descubierta. La amplia oferta turística, cultural, gastronómica y de ocio de Murcia aseguran una escapada perfecta al sureste de la península.
DE PLAZA EN PLAZA
Casi cualquier ruta comienza en la Glorieta de España, una plaza decorada con parterres y fuentes y situada frente al río Segura en la que se encuentran el edificio del ayuntamiento, del siglo XIX, y el Palacio Episcopal, del siglo XVIII. Por el callejón que se abre entre ambos edificios se accede a la Plaza de Belluga, presidida por la imponente fachada de la catedral, considerada como una obra maestra del barroco español. La catedral de Murcia, que combina armoniosamente los estilos gótico, renacentista, barroco y neoclásico, es la joya de la ciudad: la torre, de 98 metros de altura, es la segunda más alta de España tras la Giralda de Sevilla, y en el interior destacan capillas como la de los Vélez, de Junterón o la Mayor, en la que se encuentra el sepulcro con las entrañas del rey Alfonso X.
Tras la visita al interior, merece la pena rodear el templo catedralicio para admirar las cadenas que decoran el exterior de la capilla de los Vélez y sobre las que pesa una cruel leyenda. Junto a la torre, en la Plaza de la Cruz, comienza una de las dos principales calles del casco antiguo: la calle de Trapería, que un poco más adelante se cruza con la de Platería en el que ha sido uno de los puntos de encuentro tradicionales de la capital, Las cuatro esquinas. Ambas calles están repletas de bares, restaurantes, cafeterías y comercios, y darse un paseo por ellas es la mejor forma de tomarle el pulso a la ciudad.
En Trapería se encuentra uno de los alojamientos más baratos del centro, The Cathedral Hostel, un hostal pensado especialmente para gente joven que quiera alojarse en un lugar céntrico sin que se resienta el bolsillo; aunque si prefieres la comodidad de un hotel de cuatro estrellas, a unos minutos de aquí tienes el hotel Tryp Murcia Rincón de Pepe y el NH Amistad de Murcia. También en esta calle están el Real Casino de Murcia, un bello ejemplo de arquitectura ecléctica, y una de las cafeterías más emblemáticas, Drexco, donde podrás degustar el café de la marca murciana Salzillo. Al final de la calle Trapería se abre una de las principales plazas del centro, Santo Domingo, perfecta para sentarse en una de las terrazas que la bordean.
A la derecha de la plaza, se encuentra el convento de La Merced y sede actual de las facultades de Letras y Derecho; hacia el frente, la avenida peatonal de Alfonso X El Sabio, con el Museo Arqueológico de Murcia y el Museo de las Claras, que esconde tras sus muros los restos de un palacio árabe; y hacia la izquierda, atravesando un arco, el hermoso Teatro Romea, cuyo cartel se completa con la oferta del Teatro Circo y la del Auditorio Víctor Villegas.
La principal avenida comercial de la ciudad, Gran Vía, atraviesa el centro de norte a sur y divide el casco antiguo en dos. Al otro lado de esta calle se encuentran dos deliciosas plazas que concentran los bares de tapeo más conocidos: la Plaza de las Flores y la Plaza de Santa Catalina. Desde el tapeo más tradicional del bar Fénix hasta el más innovador de La Tapa, cualquier sitio es bueno para probar algunas de las especialidades de la cocina murciana: zarangollo, marineras, almendras fritas, ensalada de tomate partío y bonito curado, mojama, tigres, caballitos y un largo etcétera, todo ello regado con cerveza Estrella de Levante o un buen tinto de Jumilla. También en la Plaza de las Flores se halla la pastelería más antigua de Murcia, Bonache, donde se siguen elaborando como antaño los tradicionales pasteles de carne.
Otra zona de tapeo, más asequible y especialmente concurrida los fines de semana por la noche, es la que se sitúa entre el cine Rex y el campus de La Merced, en la parte universitaria. Aquí tienes bares tan tradicionales y baratos como la Tasca El Palomo, donde se ofrecen sabores de lujo a precios bajos. Pero la gastronomía murciana va mucho más allá del tapeo, y así lo confirman restaurantes del centro como Salzillo, Alborada, Guerra y Paz o Tiquismiquis, y otros situados a las afueras, como La Cabaña de la Finca Buenavista, con estrella Michelin, o el Estudio de Ana, ambos rodeados de frondosos jardines y con un ambiente muy especial para organizar una cena romántica en un lugar único.
EL LADO MÁS DIVERTIDO
El Museo de la Ciencia y el Agua, el zoo sin barreras de Terra Natura o el parque acuático Aqua Natura harán las delicias de los más pequeños de la casa. Y si lo que quieres es conocer el lado nocturno de Murcia, puedes elegir entre distintas zonas en función de tu estilo: en el centro , tascas (pubs), bares de copas y discotecas como Bizzart, El Ahorcado Feliz, Sala REM o La Ronería; en la avenida de Mariano Rojas , varias salas de conciertos y discotecas más alternativas, y en la zona Atalayas , discotecas para los más jóvenes y la principal discoteca gay de Murcia, Metropol, donde la fiesta no empieza hasta pasadas las 2:00. Entre la zona Atalayas y el centro hay varios hoteles modernos y a buen precio, como el hotel Nelva, de cuatro estrellas y con piscina.
MURCIA EN FIESTAS
Otra forma de disfrutar de la capital murciana es a través de las fiestas y los festivales que se suceden a lo largo del año. Destacan la Semana Santa, la Feria de Septiembre y, especialmente, las Fiestas de Primavera , cuando miles de murcianos visten el traje típico, los parques se llenan de improvisados restaurantes de comida tradicional y varios desfiles recorren las calles del centro hasta culminar en el gran desfile del Entierro de la Sardina y la posterior Quema de la Sardina. En el apartado musical, echa un vistazo al programa del festival SOS. 4.8 o al del Murcia Tres Culturas. ¡Te sorprenderán!
ÚLTIMAS HORAS EN LA CAPITAL MURCIANA
Si aún te sobra tiempo, acércate al Museo de Salzillo para contemplar los pasos del genial escultor barroco o date un paseo por la Plaza de Camachos, el Jardín de Floridablanca (el primer jardín público de España) y la iglesia del Carmen, situados al otro lado del Puente de los Peligros, en el Barrio del Carmen. Y cuando empieza a caer la tarde, nada como recorrer el Paseo del Malecón, que, rodeado de frutales, va dejando atrás el casco urbano para adentrarse poco a poco en la huerta. Aunque si tuvieras que elegir un lugar para despedir el día, no dudes en subir al santuario de la patrona de la ciudad, la Fuensanta, y relajarte en el mirador mientras el sol regala sus últimos rayos de luz y, a tus pies, las calles de la ciudad y los caminos de la huerta comienzan a iluminarse.