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PARÍS: LA CIUDAD DE LA LUZ
La capital francesa, conocida como la Ciudad de la Luz o la Ciudad del Amor, es una ciudad fascinante. Sus monumentos son famosos en todo el mundo, pero París es mucho más que eso: arte, moda, cultura, gastronomía y diversión se dan cita en uno de los destinos más visitados de Europa.
RIVE DROITE
La zona que se extiende desde el Sena hacia el norte es conocida por los parisinos como la rive droite (orilla derecha), y en ella es donde se encuentran algunos de los lugares más representativos de la ciudad. En el extremo oeste, el Arco de Triunfo, con sus más de 50 metros de altura, se alza sobre la Place Charles de Gaulle y marca el inicio de la Avenida de los Campos Elíseos. Esta avenida, una de las calles comerciales más famosas de París, discurre en línea recta hasta llegar a la inmensa Place de la Concorde, escenario de decapitaciones durante la Revolución francesa y convertida hoy en una plaza de proporciones descomunales con un auténtico obelisco egipcio en el centro flanqueado por dos fuentes. A un lado de la plaza, la iglesia de la Madeleine, que recuerda a un templo griego, y al frente, las Tuileries, los jardines que preceden al Museo del Louvre. Entre la iglesia de la Madeleine y los jardines de las Tuileries se encuentran la Place Vendôme, símbolo del lujo parisino, y la Opéra Garnier, muy cerca de las famosas galerías Lafayette y de la zona conocida como Grands Boulevards, una sucesión de amplias avenidas diseñadas para deambular tranquilamente.
El Museo del Louvre es un templo para los amantes del arte, y en él podrás contemplar de cerca obras tan famosas como la Venus de Milo, la Victoria de Samotracia o la Mona Lisa. Pero si no te apetece visitar el museo, continúa recorriendo las calles de la rive droite y acércate hasta el bonito edificio del ayuntamiento de París, el Hôtel de Ville, o el rompedor Centro Pompidou, cuya arquitectura no te dejará indiferente. A espaldas del Centro Pompidou comienza Le Marais, un elegante barrio salpicado de mansiones, palacetes, tiendas y restaurantes que, además de ser la zona gay por excelencia de París, acoge la mayor comunidad judía de Europa (de hecho, no deberías perderte uno de los exquisitos falafel que se preparan en Rue des Rosiers. ¡Todo un placer para los sentidos!). En el extremo este del barrio se encuentra la armoniosa Place des Vosges, la plaza más antigua de París, y un poco más allá está la Place de la Bastille, donde estuvo la cárcel que fue tomada por el pueblo el 14 de julio de 1789. Hoy en día las calles aledañas están repletas de restaurantes, pubs y bares de copas muy animados por la noche.
Al norte de los Grandes Bulevares, sobre una colina, se sitúa el barrio de Montmartre: epicentro del París bohemio de finales del siglo XIX y principios del XX y hogar de pintores y artistas. Aunque ya no queda mucho de ese espíritu rebelde que lo caracterizó, es agradable pasear por sus calles y subir hasta la basílica del Sagrado Corazón, cuya escalinata es un lugar perfecto para sentarse a contemplar las vistas de la ciudad mientras algún músico o artista callejero ameniza el rato. Después, date un paseo por la Place du Tertre, que sigue siendo un punto de reunión de pintores y retratistas, e ve bajando la colina hasta llegar al mítico cabaré Le Moulin Rouge. Muy cerca puedes alojarte en un albergue barato, como el Woodstock, o en un lujoso hotel de cinco estrellas, como el Hyatt Paris Madeleine.
ISLAS Y RIVE GAUCHE
En medio del Sena hay dos islas, la de Saint-Louis y la de la Cité, parada obligatoria antes de cruzar a la rive gauche. El punto más destacado de la isla de la Cité es la catedral de Notre-Dame : aparte de visitar el interior, no dudes en subir a la torre, ya que las vistas son incluso mejores que desde la Torre Eiffel. Tampoco deberías perderte la Sainte-Chapelle con sus magníficas vidrieras y el Pont Neuf, el primer puente de piedra de París. Además, justo en el centro del puente hay unas escaleras que bajan a un jardín a orillas del río que resulta ideal para organizar un picnic si el tiempo acompaña.
Ya en el otro lado del río, en la rive gauche, se encuentra el Barrio Latino, llamado así por ser la sede La Sorbonne, la universidad de París, donde siglos atrás los estudios se realizaban en la lengua de cultura de la época: el latín. Una buena forma de conocer esta parte de la ciudad es a través de un recorrido circular que puedes comenzar en la fuente de Saint-Michel, junto a la que hay varias callejuelas llenas de restaurantes baratos de cocina francesa e internacional que ofrecen menús turísticos. También aquí hay hoteles con encanto y vistas espectaculares al Sena y la catedral, como el hotel Les Rives de Notre-Dame. Más abajo de la fuente están el Panteón, dedicado a los hombres y las mujeres ilustres de Francia, y el cuidado Jardin du Luxembourg, con un palacio de estilo italiano frente al estanque. Desde el jardín se accede fácilmente a la plaza de la iglesia de Saint-Sulpice, a solo unas calles del elegante barrio de Saint-Germain-des-Près. Por detrás de la iglesia, la Rue de Buci conduce de nuevo hasta la Fuente de Saint-Michel, el punto de inicio del recorrido. Pero hay otros muchos lugares de interés en el barrio, no muy lejos de los anteriores, como la calle Mouffetard, llena de restaurantes y bares de ambiente estudiantil; la mezquita de París, con su encantador salón de té; el jardín botánico de la ciudad, o las intrigantes catacumbas.
Siguiendo la orilla izquierda del Sena hacia el oeste se llega hasta el Puente de Alejandro III, considerado como uno de los más bellos de la ciudad, y Les Invalides, donde puedes visitar la tumba de Napoleón. Y a poca distancia de allí te encontrarás a los pies del monumento más emblemático de la ciudad: la Torre Eiffel. ¿Un consejo? Cruza el río hasta la Esplanade du Trocadéro para obtener la mejor vista de la torre y apúntate a uno de los cruceros que recorren el Sena desde la torre hasta Notre-Dame para ver la ciudad desde una perspectiva diferente. Y si el presupuesto te lo permite, date el capricho de alojarte en el exclusivo hotel Shangri-La: lujo, confort, un centro de bienestar con piscina y excelentes vistas a la Torre Eiffel desde la ventana de tu habitación.
UNA ESCAPADA A PARÍS
Aunque en París podrías estar tantos días como quisieras, también es un destino perfecto para una escapada de fin de semana o de puente. Pasear por los amplios bulevares, ir de tiendas, sentarse en una de las típicas cafeterías con mesitas en el exterior, disfrutar de una buena cena francesa, dejarse llevar por los olores de las pastelerías, recorrer el Sena en un barco por la noche o pasar un día en Disneyland son algunas de las muchas opciones que te ofrece la capital francesa. ¿Te lo vas a perder?
Paris es uno de los destinos más populares para los estadounidenses que visitan Europa.