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TARRAGONA: LA HUELLA DE ROMA EN EL MEDITERRÁNEO
La ciudad de Tarragona está situada al sur de Cataluña, al borde del mar Mediterráneo. Se trata del lugar perfecto si esperas vivir unas vacaciones repletas de actividades diferentes, turismo de sol y playa, visitas culturales y una gran oferta gastronómica. En el centro histórico de Tarragona te impresionarán los vestigios que permanecen del paso de los romanos por esta zona durante los primeros siglos de nuestra era, como el anfiteatro y el circo. Pero no es de este periodo del único que Tarragona conserva destacadas huellas, ya que, por ejemplo, su famosa catedral data de la Edad Media. En cuanto a la costa tarraconense, las playas y calas que la conforman están rodeadas de un maravilloso entorno natural de pinos y acantilados que las convierte en el lugar ideal para relajarse y desconectar.
LA COSTA DORADA
La Costa Dorada a su paso por Tarragona deja distintas playas y calas que son excelentes para pasar unos días de descanso. La que tendrás más a mano si te alojas en el centro de la ciudad será la playa del Miracle , que se encuentra junto al núcleo de población. Se trata de una playa muy agradable, de arena dorada y aguas tranquilas, que está recorrida por el paseo marítimo Rafael Casanova. En este paseo hay numerosas cafeterías y restaurantes donde tendrás la ocasión de degustar los platos típicos de la zona, como los calçots de Valls, cebolletas tiernas que se sirven acompañadas de una salsa picante elaborada a base de tomate y ajo. En esta zona también hay varios hoteles (algunos de ellos bastante baratos) que son una buena opción para alojarte durante tus vacaciones, como, por ejemplo, el hotel Husa Imperial Tarraco, un cuatro estrellas que ofrece unos precios muy competitivos. El resto de playas que conforman el litoral de Tarragona son de características similares, cuentan con todo tipo de servicios y están rodeadas de distintas especies de pinos cuya fragancia se entremezcla con la de la brisa marina. Entre ellas destacan la playa de la Arrabassada , una de las más extensas, y la playa de los Capellans , más pequeña y acogedora. Pero la playa más larga de esta parte de la costa es, precisamente, la playa Larga , la más idónea para los amantes de los largos paseos bajo el sol.
Es ya al final de la costa tarraconense donde podrás encontrar sus famosas calas. La cala Fonda y la cala de la Roca Plana son bastante parecidas, ambas al abrigo de bajos acantilados cubiertos de vegetación. La primera es de arena mientras que la segunda tiene algunas piedras, y a las dos se accede a pie a través del bosque de la Marquesa. La última cala de la localidad es la cala Jovera , junto al castillo de Tamarit , que se alza en medio del paisaje mediterráneo. El castillo, que data del siglo XII y se inscribe en el estilo románico, forma parte de la Vila Closa , un conjunto medieval declarado de Interés Turístico Nacional. Al otro lado de la villa se encuentra la playa de Tamarit , la más representativa de esta costa por la maravillosa estampa que produce el castillo en medio de la naturaleza. Merece la pena contemplar un atardecer en esta playa, disfrutando de la mágica atmósfera que se crea con las últimas luces del día.
VESTIGIOS DEL PASO DEL TIEMPO
En el centro histórico de Tarragona te asombrará lo bien conservados que están los edificios que datan de la Edad Media. El más destacado de todos es la catedral , con un impresionante pórtico gótico, que se construyó en la misma zona donde en el siglo I se encontraba el foro romano. En la actualidad, se conservan algunos restos de la antigua plaza porticada romana en la plaza del Pallol y en la plaza del Forum. Vivir tu estancia en Tarragona quedándote en alguno de los hoteles de esta parte de la ciudad es una gran idea si te apetece viajar en el tiempo y sumergirte en la historia. Buenas opciones son, por ejemplo, el hotel Sb Ciutat de Tarragona, muy moderno y en pleno corazón de la ciudad, y el hotel Plaça de la Font, bastante barato y situado en la plaza homónima. Por su parte, el monumento más importante del periodo romano es el anfiteatro , del siglo II, en el que tenían lugar los combates de gladiadores con el mar como telón de fondo. Hoy en día las vistas del anfiteatro que se obtienen desde el balcón del Mediterráneo , frente al azul del cielo y del agua, son realmente impresionantes. También es muy interesante la visita del circo romano , del siglo I, uno de los que mejor se conservan de toda Europa.
Para despedirte de Tarragona puedes pasar una tarde de compras en la calle más famosa de la ciudad, la Rambla Nueva. Se trata de un extenso paseo lleno de comercios y locales de restauración donde seguro que encuentras el recuerdo perfecto de tu estancia. Si quieres adquirir productos locales, acércate al mercado central , que se encuentra situado en un destacado edificio de estética modernista. Y si te encanta el ambiente del centro comercial de las ciudades, puedes elegir quedarte en alguno de los hoteles de los alrededores de la Rambla Nueva, algunos de ellos con mucho encanto. Una gran elección sería el hotel Sercotel Urbis Centre, que ofrece habitaciones muy confortables y acogedoras a buen precio.