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RIBADESELLA: LA VILLA MÁS INTERNACIONAL DE ASTURIAS
El pequeño concejo asturiano de Ribadesella se encuentra junto al mar Cantábrico y ofrece todo lo necesario para pasar unas vacaciones llenas de aventura, deporte, ocio, cultura e historia. El casco antiguo de la localidad está declarado Bien de Interés Cultural y presenta una atractiva combinación de arquitectura medieval y modernista, mientras que a las afueras se encuentran joyas prehistóricas como la cueva de Tito Bustillo. Pero si esta localidad se ha hecho famosa internacionalmente, ha sido gracias a un acontecimiento deportivo que congrega a miles de personas cada año a principios de agosto: el descenso en piragua del Sella. ¡Lánzate a la aventura!
RECORRIENDO EL CASCO ANTIGUO
Una de las mejores formas de descubrir el centro de Ribadesella es siguiendo el trazado de las antiguas calles que han marcado la configuración actual de la localidad. Toma como punto de inicio el barrio del Portiellu y continúa por las calles Oscura e Infante hasta llegar a la plaza de la Iglesia. Desde ahí, sigue la ruta camino a la plaza de la Atalaya y la de Santa Ana para terminar en el paseo de la Grúa y la ermita de Guía. En cuanto a los edificios más antiguos, destacan el palacio renacentista de Prieto-Cutre, que acoge la sede del ayuntamiento; el conjunto de soportales de la calle López Muñiz y el de la plaza de la Iglesia; la casa de González Prieto, que alberga la oficina de Correos; la casa de Collado; el conjunto de casas tradicionales de la plaza de la Atalaya, y la capilla renacentista de la ermita de Guía, dedicada a la patrona de los marineros y situada junto a tres cañones que nos recuerda que allí hubo una batería defensiva. De una época más reciente, las construcciones modernistas también ocupan un lugar relevante en Ribadesella , como se aprecia en el Hotel Marina o en los palacetes de veraneo que las familias más pudientes levantaron junto a la playa. En uno de ellos se sitúa el delicioso hotel de cuatro estrellas Villa Rosario, un alojamiento único en la costa de Asturias, con acceso directo a la playa y mucho más barato de lo que imaginas.
Otra forma de conocer esta localidad de Asturias es a través de la Ruta Histórica del puerto, definida por seis paneles de cerámica con dibujos de Mingote en los que se cuentan los principales hitos de la historia de Ribadesella desde la Prehistoria hasta el presente. Y también puedes acudir al auténtico centro de la vida pesquera riosellana, la lonja, donde descubrirás cómo funciona el sistema de subasta conocido como rula que aquí se emplea. ¿Te gustaría alojarte en pleno centro? Prueba con uno de los varios hoteles baratos que hay, como la pensión Arbidel, ubicada en un antiguo edificio completamente reformado.
Seguro que a lo largo del paseo te entran ganas de comer algo, pero eso no va a ser un problema aquí. Mar y tierra se funden en los platos típicos de esta población de Asturias , que incluyen delicias como la caldereta (guiso de pescado de roca), la marmita de bacalao, los fideos con besugo, el congrio con guisantes, el rape en salsa, la merluza a la sidra, el rollo de bonito o la tradicional fabada. Y si no sabes dónde ir, prueba con restaurantes como Rompeolas, El Labrador o Casa Gaspar.
NATURALEZA EN ESTADO PURO
La belleza de entorno natural de Ribadesella es sorprendente, ya que gracias a su ubicación podrás disfrutar del mar, la montaña y el río sin necesidad de desplazarte lejos.
Una de las playas urbanas más recomendables es la de Santa Marina , situada en la desembocadura del río Sella y delimitada por el monte Somos y el monte Corveru. Cuenta con todos los servicios necesarios y un paseo marítimo totalmente renovado. Ya fuera de la localidad, hay dos playas que no te puedes perder, pues cada una tiene su propio encanto: la de Cuerres, en la desembocadura del Guadamía, y la de Vega, en la que se ha preservado el sistema dunar original.
No muy lejos del mar, puedes optar por hacer distintas rutas de senderismo y subir al monte más elevado del concejo, el Mofrechu, con casi 900 metros de altitud y unas vistas incomparables del Cantábrico y los Picos de Europa. Otra buena idea es ir en busca de las huellas que dejaron los dinosaurios en zonas como los dos montes que bordean la playa de Santa Marina, o bien visitar la cueva paleolítica de Tito Bustillo , declarada Patrimonio de la Humanidad por las pinturas rupestres que la decoran (¡no olvides reservar con antelación!). Y hablando de cuevas, hay una que seguro te encantará: la Cuevona de Cuevas, una cavidad natural atravesada por un camino que sirve para acceder a la pequeña aldea de Cuevas.
EL DESCENSO DEL SELLA
El descenso del Sella ha dado lugar a la que, probablemente, es hoy en día la fiesta más internacional y conocida del Principado. Lo que empezó como una simple excursión en piragua en los años 30 del siglo pasado, pasó a ser una competición y en la actualidad se ha afianzado como uno de los acontecimientos deportivos y festivos más importantes del norte de España.
A las 12 en punto del primer sábado de agosto posterior al día 2 del mes, cada participante se lanza al Sella con su piragua y con la intención de vencer la carrera que termina en el puente de Ribadesella. 15 o 20 kilómetros de recorrido, según la categoría en la que se participe, separan el inicio de la meta para los piragüistas nacionales y extranjeros que se animan a conquistar las aguas del río. Y de forma paralela, se organiza una gran fiesta que anima tanto el descenso como el centro de la localidad. Una comida campestre, la entrega de premios, actuaciones folclóricas, música en las calles durante toda la noche, y todo ello envuelto en el encanto propio de esta agradable población de la costa asturiana. ¡Seguro que repites!